La expedición invasora tuvo como coartada para burlar los controles aduanales, aparentar que el barco "se dirigía a Arcadia para filmar una película".

A bordo del "Sieg", que significa "Victoria", se embarcaron jóvenes sin ninguna experiencia militar y viejos que sí la tenían. Ambos grupos compartirían ánimo y sabiduría para su guerra. Hubo desde un poderoso General caído en desgracias y cárcel, hasta estudiantes universitarios con el más grande amor por sus carreras no concluídas, además de experimentados militares "de campaña".

La amada patria llamó y el inmenso mar apenas fue distancia para acudir a ella. Madrid les permitió componer un variopinto y sensato guardarropa de guerra. Las armas -lo más importante- estaban a bordo. Aquellos jefes, sin importar la edad, respondieron a la estrofa final del marcial himno de su país: