Las notas introductorias del segundo acto de Boheme (Christmas Eve in París) anuncian una regia noche de ópera en Madrid.

La melodía se superpone a la imagen de una imponente Amelia quien baja de un lujoso cabriolet acompañada de Andrés Miranda-Leroux y Luis Carlos Hermoso. La música se comparte con el bullicio emocionado de la gente que accede del frente del teatro al foyer del mismo. Lleva Amelia un espectacular y atrevido vestido rojo sangre. Hermoso semeja un joven Dumas enguantado, de chaleco dorado y leontina de piedras. Andrés, con lentes, también de guantes y chistera, luce un impecable smoking negro que hace un poco más corpulenta su delgada figura. Amelia encadena el brazo de Hermoso y toma y entrelaza la mano de Andrés. Así, ella adelante con el par de jóvenes que la escoltan, es la imagen de una Violeta Valery, una Traviata penetrando al mundo de alfombra roja, de diversión y espectáculo de la noche madrileña. Se cruzan y se mezclan con el público afanado, chic y elegante con el que compartirán función.